Se puede considerar que la historia de Metallica comenzó en 1980 cuando un joven danés llamado Lars Ulrich se traslada junto con su familia a Los Ángeles. Hijo del tenista profesional Torben Ulrich había desarrollado una enorme afición por el heavy metal durante los ’70, cuando la NWOBHM reinaba en la escena underground europea, y con su traslado a Estados Unidos, dicha afición se convertiría prácticamente en una obsesión, sobre todo centrada en los grupos más desconocidos de la nueva corriente inglesa. Su prioridad al llegar a Los Ángeles, sería la de explotar su capacidad musical junto con otros jóvenes. Esto le llevaría en 1981 a publicar un anuncio en la revista Recycler solicitando un guitarrista para formar una banda con influencias de las bandas de la NWOBHM. Otro joven llamado James Hetfield, hijo de un propietario de una compañía de camiones y de una cantante de ópera respondió a su anuncio. La clave de esta unión fue el tema que Lars tenía reservado por parte de su amigo Brian Slagel, fundador de la por entonces recién creada compañía discográfica Metal Blade Records, en el primer recopilatorio que editaría el sello, titulado Metal Massacre.